No penséis que sólo centroeuropa es Zentropa. Aunque creo que para lo bueno y para lo malo ahí está el principo activo del medicamento, también se encuentra en dosis menores en otros lugares. Y luego están los escipientes...
Bérgamo también es Zentropa.
En un viaje reciente, por Lombardía y el Véneto, aprendí mucho. Se aprende mucho viajando, ya lo repetiré más veces esto... El único problema es que todos los demás -tus vecinos- no viajan contigo, y lo que has aprendido...
Los lagos de Como, de Garda, Iseo, Orta etc. son una zona de veraneo, salpicada de villas y pueblos muy turísticos y de elegantes casas. Todo acompañado por una naturaleza brillante, cielos despejados y buena comida. Además de bellos recuerdos históricos y artísticos... que ya no enumeraré. Quien no haya estado puede imaginarlo como una tarde bañándose y dormitando en un lido, con un hotel de época a su espalda y un paisaje verde en la otra orilla. Quizá, mientras oye las campanas de las iglesias de Como o Saló (respecto a las campanas sonando en valles profundos, debería leerse la entrada Europa en urnas)... y ruido de motores de barco y de gente comiendo y bebiendo a todas horas.
Destacaría la habilidad, creo que sutilmente europea, para combinar orden (por orden público) y buen gusto. Esa tranquilad y aparente paridad social que rodea a los visitantes...
Bérgamo es una ciudad rica y bastante grande, creo que pasa de los 100.000 habitantes, pero el barman de nuestro hotel la calificó de provinciana. Nuestro barman (como le llamaré desde ahora) nos hizo despertar algo bruscamente de nuestro sueño europeo, al que nos habíamos entregado, entre otras cosas porque para eso estábamos de vacaciones. Justamente era nuestra última noche en Italia.
Era muy joven, veintidós o veintitrés, guapo, simpático y suave; brasileiro, hablaba su lengua, italiano, inglés, francés y un poco de español. Nos contó su viaje por Europa y le escuchamos con toda atención. Era un viaje laboral, por supuesto, plagado de los inconvenientes que acostumbran a sufrir los extranjeros. Debía su conocimiento del español a lo mucho que había trabajado en Ibiza, en discotecas y fiestas. Después de muchas dudas y ofrecimientos había decidido establecerse en Bérgamo, casándose; el turismo (y el hotel) le permitían derivar clientes a otros negocios (no sé qué negocios eran esos). Ganaba dinero, como en cualquier parte. ¡Pero le fastidiaba el provincianismo de Bérgamo! La suficiencia de su burguesía, de los hijos de su burguesía chuleando de coches y descuidando sus negocios... El italiano que él hablaba, con expresiones y gramática un poco contaminadas por sus otras lenguas, no les parecía aceptable a los burgueses locales. ¡Les sonaba muy del sur, muy napolitano! Quizá por eso el dialecto local -que la buena sociedad cultivaba con orgullo- a él tampoco le parecía aceptable. La gente de Bérgamo: gente cerrada, anticuada, obtusa. A veces se enfadaba cuando en una tienda, o en un mostrador de la administración, alguien le trataba mal o trataba mal a su mujer por ser extrajero. ¡Aunque ya tendría que estar acostumbrado a eso, en Bérgamo era demasiado frecuente!
Nuestro barman era el emigrante perfecto: oportunista, apolítico, versátil, competitivo con sus compañeros de destino, despiadado con sus amos... La verdad es que quería distinguirse de unos y de otros, pero a la vez, mezclarse entre ellos. Si no, el negocio sería imposible, y no podría sacarle partido ni a sus habilidades ni a su belleza.
Puso mala cara cuando le pedí un Aperol, dado que a la primera copa invitaba el hotel. Le gustaban los combinados brasileiros, nada de esas porquerías, como el spritz*, o el campari. Pero consiguió que consumiéramos una barbaridad.
Bérgamo también es Zentropa.
En un viaje reciente, por Lombardía y el Véneto, aprendí mucho. Se aprende mucho viajando, ya lo repetiré más veces esto... El único problema es que todos los demás -tus vecinos- no viajan contigo, y lo que has aprendido...
Los lagos de Como, de Garda, Iseo, Orta etc. son una zona de veraneo, salpicada de villas y pueblos muy turísticos y de elegantes casas. Todo acompañado por una naturaleza brillante, cielos despejados y buena comida. Además de bellos recuerdos históricos y artísticos... que ya no enumeraré. Quien no haya estado puede imaginarlo como una tarde bañándose y dormitando en un lido, con un hotel de época a su espalda y un paisaje verde en la otra orilla. Quizá, mientras oye las campanas de las iglesias de Como o Saló (respecto a las campanas sonando en valles profundos, debería leerse la entrada Europa en urnas)... y ruido de motores de barco y de gente comiendo y bebiendo a todas horas.
Destacaría la habilidad, creo que sutilmente europea, para combinar orden (por orden público) y buen gusto. Esa tranquilad y aparente paridad social que rodea a los visitantes...
Bérgamo es una ciudad rica y bastante grande, creo que pasa de los 100.000 habitantes, pero el barman de nuestro hotel la calificó de provinciana. Nuestro barman (como le llamaré desde ahora) nos hizo despertar algo bruscamente de nuestro sueño europeo, al que nos habíamos entregado, entre otras cosas porque para eso estábamos de vacaciones. Justamente era nuestra última noche en Italia.
Era muy joven, veintidós o veintitrés, guapo, simpático y suave; brasileiro, hablaba su lengua, italiano, inglés, francés y un poco de español. Nos contó su viaje por Europa y le escuchamos con toda atención. Era un viaje laboral, por supuesto, plagado de los inconvenientes que acostumbran a sufrir los extranjeros. Debía su conocimiento del español a lo mucho que había trabajado en Ibiza, en discotecas y fiestas. Después de muchas dudas y ofrecimientos había decidido establecerse en Bérgamo, casándose; el turismo (y el hotel) le permitían derivar clientes a otros negocios (no sé qué negocios eran esos). Ganaba dinero, como en cualquier parte. ¡Pero le fastidiaba el provincianismo de Bérgamo! La suficiencia de su burguesía, de los hijos de su burguesía chuleando de coches y descuidando sus negocios... El italiano que él hablaba, con expresiones y gramática un poco contaminadas por sus otras lenguas, no les parecía aceptable a los burgueses locales. ¡Les sonaba muy del sur, muy napolitano! Quizá por eso el dialecto local -que la buena sociedad cultivaba con orgullo- a él tampoco le parecía aceptable. La gente de Bérgamo: gente cerrada, anticuada, obtusa. A veces se enfadaba cuando en una tienda, o en un mostrador de la administración, alguien le trataba mal o trataba mal a su mujer por ser extrajero. ¡Aunque ya tendría que estar acostumbrado a eso, en Bérgamo era demasiado frecuente!
Nuestro barman era el emigrante perfecto: oportunista, apolítico, versátil, competitivo con sus compañeros de destino, despiadado con sus amos... La verdad es que quería distinguirse de unos y de otros, pero a la vez, mezclarse entre ellos. Si no, el negocio sería imposible, y no podría sacarle partido ni a sus habilidades ni a su belleza.
Puso mala cara cuando le pedí un Aperol, dado que a la primera copa invitaba el hotel. Le gustaban los combinados brasileiros, nada de esas porquerías, como el spritz*, o el campari. Pero consiguió que consumiéramos una barbaridad.
Eu, como sabes, residín 7 meses na capital do Friuli (Udine) coa finalidade de realizar o proxecto fin de carreira.
ResponderEliminarO obxectivo non se cumplíu, pero vendo, escoitando e "perdendo" o tempo durante eses meses, aprendín moito máis do que agardaba.
Un verdadeiro luxo. Unha visita (unha viaxe de dez días) nunca é suficiente. Non é comparable a vivir uns meses, con ou sen cumprir obxectivos...
ResponderEliminarDebería facer un blog sobre a envidia.
Esta entrada me parece vaga y muy poco documentada. ¿Qué tipo de vino es ese prosecco, lo hay en España o hay algún vino de características semejantes?¿Y el Aperol?¿Se puede conseguir?¿Podemos con los productos del Mercadona llegar a hacer un remedo aceptable del spritz? Todo esto nos sume en un marasmo de dudas e indefinición que nos lleva irremisiblemente a un relativismo insoportable.
ResponderEliminarNo te tortures, Colás. PROBASTE un sprizt hecho con material Mercadona. En vez de prosecco, Albariño. En vez de Aperol, Bitter. No resultó muy exótico (le faltaba chispa) PERO DEBERÍAS ACORDARTE.
ResponderEliminar(Con cava está muy bien, pero en mi opinión ya sobra el bitter. Vamos, que es mejor el cava con cava).
el spritz
ResponderEliminarEUROPA TAMBIEN NOS HA DADO EL SPRITZ
(ya no me acordaba)