miércoles, 8 de julio de 2009

Cándido, el siciliano, y Alessandro, el Gatopardo

Leí y estoy volviendo a leer Cándido o Un sueño siciliano, de Leonardo Sciascia (nacido en 1921 en Racalmuto, Sicilia). No he leído ninguna otra obra suya. Conozco muy poca literatura italiana.
Leí antes este Cándido que el de Voltaire*, al que fui luego, por alusiones.

Ambos Cándidos son aventureros pacíficos, confiados. Los dos se complican la vida por su curiosidad y su impulso de justicia.

Cándido, el siciliano, va siendo expulsado de su ciudad, de Sicilia, luego de Italia. Los parientes-ladrones, la Iglesia, el Partido Comunista... ¡No puede encontrar su país, el que desea encontrar!

Hace unos años tuve oportunidad de charlar con un genovés, Alessandro. Si hablábamos despacio, cada uno en nuestro idioma, nos entendíamos bastante bien. Trabajaba para una multinacional americana. Seguramente era licenciado en Económicas o abogado... no sé. Vivía un poco en todas partes. Le gustaba esquiar, la Costa Azul... en fin. De vez en cuando iba a Sicilia. La encontraba primitiva, "un sitio de los de antes". Habló de El Gatopardo de Lampedusa y le dije que lo había leído. Se sorprendió de que lo conociera, porque todo el mundo ha visto la película pero el libro es otra cosa (personalmente, prefiero la película).

Su romanticismo me chocó. Luego, pensando, llegué a ideas peores: tenía algo de señorito que se va al pueblo, o de civilizado que visita las colonias. Asumía que en su país hay lo que se llama, también aquí y como eufemismo, territorios "a varias velocidades". No le importaba mucho, ni los rápidos ni los lentos, ya que no tenía identidad italiana. Su sentimiento no era nacionalista, está claro, por refinado que fuera; era lo contrario, en un sentido global, desde lo económico a lo cultural, desde los negocios al modo de vida. **

Eso prueba que una forma común de no tener tendencias nacionalistas, se escoja la frontera que se escoja (él podría haber escogido Italia, o la Liga Norte, o sólo Liguria) es sumándose a esa población volátil que vive el mundo entero a fuerza de contribuir a la maquinaria de la globalización, esa explotación refinada. Por otro lado, esto tampoco es nuevo. Hay algo clasista en todo esto. Para mirar por encima del hombro a tus compatriotas tampoco tenía que inventarse la globalización. Bastaba con ser rico y ocuparte de tus asuntos.

(Por contarlo todo, Alessandro vino a España a visitar a una amiga común, también genovesa, de la que estaba enamorado, pero no consiguió tener una relación seria; a ella no le llamaba la atención su forma de vida, ordenada y próspera. Así que toma ya.)

¿Es Italia un país de corrupciones? ¿Juega la Iglesia un papel tan lamentable? ¿Es tan responsable una izquierda indecisa, contradictoria? ¿En cuántos italianos se produce una mezcla de impotencia e ilusión? ¿Y cuántos miran su propio país por encima del hombro? ¿Por qué he notado en los italianos un acentuado clasismo? Me pregunto si Italia hoy es realmente un Gatopardo pasado por el rodillo del siglo XX, o si hay mucho más... o mucho menos.

En la imagen, Burt Lancaster como un melancólico Príncipe de Salina.

(*Soy afrancesada y hasta atea, pero no simpatizo mucho con Voltaire. Era un poco star-system de la Ilustración.

**Me he liado, lo reconozco, pero es que el asunto está en sí liado: la identidad colectiva, cultural, y los sentimientos de solidaridad y comunidad, alimentan el nacionalismo como tendencia política, pero no son la misma cosa. Sostengo que es una relación engañosa. Como entre cosmopolitismo y globalización. El cosmopolitismo es su cara amable, su alimento cultural. Pero también son cosas distintas.)

13 comentarios:

  1. Eu vivín durante algo menos de 9 meses no norte de Italia, en Udine, máis concretamente.

    As diferencias entre norte e sur eu percibinnas abismais, a tódolos niveis pero no económico fundamentalmente (e iso deriva en todo o demáis).

    Non é que non semellasen o mesmo país senón que parecían vivir en épocas distintas.

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  2. Eu coñezo a unha ex-profesora de historia da universidade de Urbino.

    Sempre contaba que de Roma para abaixo non tiveron televisión en B/N. Cando chegou, a televisión chegou en cor.

    Esto, aínda que non é máis que unha imaxe, seguramente esaxerada, evidencia ademais dun atraso histórico, un paralelismo co noso país, no que a modernización e a urbanización foi tan rápida que non houbo tempo para adaptarse, quedando estes territorios nun limbo entre o primeiro e o terceiro mundo.

    De feito, o destrozo nas costas do norte de Sicilia segue os mesmos parámetros que nas rías baixas. Só que eiquí non identificamos ningunha mafia organizada.

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  3. Mi amiga italiana, a la que tengo cariño pero le perdí la pista, me sorprendió siempre porque no tenía las mismas preocupaciones que yo, no tenía preocupaciones, la verdad. Confiaba caer siempre en un colchón de plumas... esta es la versión más light de ese clasismo que noto en algunos italianos.

    Insisto en su no-italianismo, en su desapego por la cultura tradicional. Esta chica no sabía apenas lo que era una tarantella ("esa música del sur, allí se conserva un poco"). Claro que esto a lo mejor no es malo...

    Filla do mar, no sé si notaste algo de esto.

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  4. El desastre urbanístico de Sicilia ya quisiera yo verlo con mis propios ojos, Morelli.

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  5. pues haberlo, haylo

    ¿y donde te crees tú, oh europa, que blanquea su dinerito la mafia?

    y con tus ojos lo verás, que no se pierde. Que Sicilia no es la Atlántida.

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  6. A zona na que eu estiven, o friuli, é bastante singular. Teñen incluso unha língua propia, o friulano (recoñecida oficialmente dende non hay moito anos).

    Estiveron pasando de man en man (Austria, Italia) ata principios do século pasado. Supoño que iso tamén deixa pegada.

    O certo é que si que vin poucas mostras de raigame coa cultura tradicional, bastante desapego, coma ben dis.

    Pero, cando viaxei máis ao sur, deume a sensación de que iso vivíase doutro xeito. Eles mesmos dicían que de Venecia hacia arriba non era Italia. (Non hai máis que escoitar a Raffaella Carrá: Com'é bello far l'amore da Triestre in giú...)

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  7. Oh, Europa, Europa, cuántas cosas salen de tu boca en el mismo post... ¡Así no hay quien se centre!

    ¿Nacionalismo vs. clasismo con aires cosmopolita, resumes? ¿Por qué relacionar mirar por encima del hombro con la ideología o con la falta de ella (a lo mejor aquí me he perdido y no te he entendido bien)?

    Sobre Italia no sé nada, excepto que gana Berlusconi, que no es poco. Supongo que eso marca: o lo votas, etc., etc., o miras por encima del hombro al país.

    A mí la novela me gustó bastante. ¿Sabes que Lampedusa, que era un introvertido retraído tremendo, salía a pasear (era noble y no trabajaba) con una bolsa llena de libros, entre los que siempre había algo de Shakespeare, para poder correr a ellos (y concretamente a Sir William) si veía algo que le desagradaba?

    (¿Cómo va a ser un tío un star-system, él solito, aunque sea el mismísimo Voltaire?
    Pero, en todo caso: el ego superdesarrollado es el culpable de infinidad de males, que duda cabe; pero, sin él, cuántas grandes obras nos habríamos perdido, cuántas vidas no habrían "dado la luz" que han dado, ¿no crees?)

    Buenos días.

    ¿Veis cómo gracias a los blogs hablamos con gente nueva, de todo el mundo, y ampliamos nuestro horizonte...? :D

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  8. A estas alturas, ya sé que no voy a conocer gente nueva con este blog... lo más curioso es que quiero participar en blogs de otros, parecidos a éste, o más políticos aún, y no los encuentro. ¿Busco mal? ¿Cómo puedo llegar a blogs de opinión política, que no sean periodísticos-resumen de noticias? ¿Alguna sugerencia de un blog en concreto?

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  9. Releyendo. Portorosa, es incansable en esto de polemizar...

    Lampedusa es ese tipo de escritor que aborrezco, aunque esta frase será de ésas que reproduces luego en cursiva... Creo que una película fantástica vino a rescatar lo que quería decir de un lenguaje barroco y de unas intenciones nostálgicas y confusas.
    Es, en vida y en obra, profundamente reaccionario.

    Voltaire es un genio, pero un genio que se me hace antipático. Los ateos estamos llenos de manías, entre otras, que no nos gusta el enfoque de otros ateos.

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  10. Yo no he leído la novela, pero sí he visto la película da Visconti (ya me conocéis).

    Pero no creo que el tema de la historia se limite a Italia. Más bien habla de la caída del antiguo régimen, y de como el nuevo orden, aparentemente revolucionario, lo que hace es mudar de manos el poder: básicamente se lo quita a los condes y se lo da a los tenderos.

    Y como el nuevo régimen, además de parecerse mucho al viejo, carece de elegancia y de romanticismo. Que es lo que lamenta el gran Burt Lancaster al final de la película.

    "Mi tiempo ha pasado y los nuevos tiempos ¡qué cutres son!. Ni la Cardinale me hace caso.

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  11. Una tontería por parte de la Cardinale.

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  12. Los blogs:
    Yo hace mucho que no entro en ninguno de política, y además algunos que conocí y con los que discutí largo y tendido no te irían nada. Prueba a entrar en blogs famosos de opinión, como ése que se titula algo así como "Al servicio de Rusia", o uno que no te pegará nada (yo no lo soporto), el de Arcadi Espada, o el de "Carta con respuesta" de Rafael Reig, y pincha en los comentaristas; seguro que la mayoría tiene blog y son de opinión. Aunque los que encuentres no te gusten, entrando en sus comentarios puedes ir rastreando cosas más interesantes.

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